Microrrelatos

El drama del desencantado (Gabriel García Márquez) 

...el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida. 
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  1. Quería escribir el microcuento más breve... y omitió muchas cosas: el verbo, los signos de puntuación, incluso el desenlace... Los lectores se quedaron sin palabras. 

  2. Creyó reconocer un antiguo amante entre la multitud. Mientras atravesaba la calle, éste se perdió entre el gentío. Corrió hacia donde lo había visto y lo reconoció de nuevo a unos pasos. Cuando quiso llamarlo, se dio cuenta que había olvidado su nombre. Entonces decidió que era inútil el reencuentro. 

  3. Compró un libro al azar en esa librería de viejo. Y cuando, leyéndolo, llegó a la mitad del libro, encontró la descripción de un personaje idéntico a él mismo. 

  4. Muchos años de sufrimiento le costó comprender el amor. Ahora, siglos de soledad le aguardan hasta la próxima lección. 

  5. Creía tener muchas cosas que contar, reflexiones nunca expresadas, nunca escritas, pero nadie quería oírlo, ni a él le gustaba mucho hablar con la gente. Antes, cuando era corriente, cada día se le parecía a otro día, y anhelaba vivir como vive ahora, pero sin sobras de comida y sin frío. Ahora es libre, o algo semejante, y no tiene que explicarse ante nadie, y come cuando quiere y hace lo que quiere. Y cada día le parece nuevo.

  6. La multitud sudaba apretujada; se movían rítmicamente, pero cada cual a su propio ritmo. Mientras la música llenaba su alma, el bajo había vibrar su pecho y le producía escalofríos en su tatuada espalda, intentando alcanzar sus dedos. Su corto pelo negro, húmedo y enmarañado, mientras gotas de sudor caían por sus mejillas manchando a su paso con restos del delineador de ojos. Y sus ojos se cerraron fuertemente, y la música se intensificó, haciéndola caer de rodillas. En ese momento, ella estaba electrizada. 

  7. El aire amargo lastima la parte posterior de mi cuello. Llevo el cuello de mi abrigo desgastado alzado, intentando cubrir mis orejas y me siento en el banco casi roto, junto a la tranquila niña de piel oscura. Desconozco su nombre, aunque viajamos por el mismo camino todos los días. 

  8. Venimos de la misma calle en ruinas y, a juzgar por los harapos que utiliza, vivimos historias similares. 
  9. Las puertas del autobús se abren y el aire caliente calma la crudeza de mis mejillas. Confirmo con la cabeza y ella aborda primero. Ella sonríe, toma mi bastón y me guía hasta el último asiento. 

  10. Cuestión de cromosomas: No logro imaginar nada más terrorífico que lo que le sucedió al filósofo X, que al despertar una mañana descubrió que era filósofo Y. 

  11. "Soy un molino de viento", dijo el molino de viento. "Tal vez usted sepa: ¿acaso siempre fui un molino de viento?" "No lo se... Me perdí en el mundo. Ni siquiera recuerdo quién soy yo-respondió don Quijote-. "Peleemos." 

  12. Un mes más tarde llegó una carta del fabricante: se disculpaban por un mal funcionamiento en el botón que cambiaba el bebé robot al modo de reposo. Los padres decidieron no enviar a su hijo a la fábrica pues se habían acostumbrado a cantarle una canción de cuna todas las noches. 

  13. Reincidente: Erase una vez un campesino que estaba harto de que las granizadas le destrozaran los árboles frutales. Pero un día se ganó la lotería, y estaba tan contento que para celebrarlo se compró cinco parcelas más de tierra para poder plantar más árboles frutales. 

  14. Todo el mundo hablaba del paraíso... pero yo me preguntaba: -¿qué es el paraíso? ¿De verdad existe? Decidí comprobarlo yo mismo. Como no había hecho nada malo en la vida que llevo hasta ahora, me suicidaré... Pero ahora que lo he averiguado... no sé cómo volver para contarlo a los demás. 

  15. Un hombre quería escribir un gran libro, pero se equivocaba tanto al escribirlo, y corregía tanto, que se quedó sin mina en su lápiz, y al final su gran libro fue: "Había una vez" ... y acto seguido "FIN ". 

  16. Una tarde, un chico estaba sentado delante del mostrador de un bar bebiendo tranquilamente una cerveza y soñando con su futuro. Veía un futuro resplandeciente, brillante y luminoso. De repente, una gran luz se descolgó del techo y lo aplastó. Cuando se despertó solo veía chispas de luz de los focos del quirófano. 

  17. El niño lo soltó sin darse cuenta. Y mientras subía y subía, el globo gemía al ver que el niño se le escapaba. 

  18. Se besaron y volvieron a besarse. Se fundieron en un abrazo profundo. Volaban y soñaban, reían. Es que un instante de amor siempre es eterno. Se besaron una vez más. No podían separarse. No lo deseaban pero tuvieron que separarse. Se saludaron con un gesto a medida que se alejaban. Se perdieron entre la multitud. Por la noche regresó a la misma esquina. Él nunca regresó. Él cree que encontró la infidelidad. Él cree que conoció la libertad. 

  19. Alguna vez le preguntaron a la Libertad: ¿qué deseas ser cuando crezcas? Y simplemente respondió: quiero ser Realidad. 

  20. Cuando llegué a mi destino, oprimí el mismo botón de siempre, pero el SITP solo se detuvo un rato después. Descendí al fin y vi un cínico afiche que decía “Vuela por el mundo”. Si pudiera hacerlo no estaría aquí... 

  21. El crítico pasado constantemente me acechaba, colándose en mi presente para recordarme la felicidad del instante. La duda fue: ¿huir o acogerlo? Así pasó no sé cuánto tiempo. Después, cuando llegó la calma, el pasado volvió a acecharme. 

  22. Él escuchaba la banda del pueblo, observaba los fuegos artificiales y disfrutaba de un algodón de azúcar. Ella oía como retumbaban los cañones y los fusiles, veía las luces de la metralla y corría buscando donde esconderse... Él vivía una noche alegre y festiva; ella tenía miedo, padecía de hambre y no lograba entender.

  23. Hubo silencio, el lugar quedó destruido y sus habitantes heridos. Una paz pasajera, con un acuerdo de no agresión mutua, llegó al día siguiente; y con ello una pequeña esperanza me invadió al levantarme en medio de aquellos escombros: una paloma blanca se había posado en mi hombro. 

  24. Nos contábamos cuentos... sobre todo aquel. Y de tanto contarnos la misma historia, juntos acabamos por creerla, hasta que quedó grabada en nuestros recuerdos como si hubiera sido real. 

  25. Creímos que nuestras vidas compartidas eran reales. Pero vivíamos en el teatro de la vida: y habíamos perdido nuestros libretos.... y entonces improvisamos la vida. 

  26. Compartieron mucho... casi todo, pero siempre en medio de vaivenes. Y al final entendieron que sus vidas eran una serie de sempiternas despedidas donde no importaba nada quién se iba ni por qué lo hacía cada vez, sino lo que quedaba en el otro del que se despedía. 

  27. Se encontraba en medio de ese desconcierto que ocurre cuando ya es demasiado tarde para cambiar y demasiado pronto para seguir igual. Y no supo que hacer... nunca supo si siguió igual o cambió. 
  28. Como todos los viernes salió a gozar de la noche con sus amigos. Nunca se imaginó que ese día su vida cambiaría totalmente. 

  29. Era diferente.... lo sabía. Y durante muchos años vivió dándole gusto al qué dirán: con culpas ajenas... pues las personas eran muy crueles con lo diferente; se burlaban sin comprender el daño que le hacían. Pero resistió....y hoy vive sin importarle el qué dirán. 

  30. Varias veces en la vida estuvieron destinados a encontrarse... Pero siempre surgía algún inconveniente. Se encontraron 60 años más tarde, pues el tiempo pasó rápido y cruel. Hoy nada de eso les importa... porque viven juntos recuperando el tiempo perdido. 

  31. ¿Quién es, de dónde, y cómo llegó? No logra saberlo ni asumirlo porque era imposible. Y aunque lógicamente no pueda ser, le hace sentir cosas que ya había olvidado. ¿Acaso es miedo? 

  32. Estaba sentado solo en su terraza, resignado a su suerte. Sabía que era el último ser vivo en el mundo: todos los demás ya habían muerto.... y entonces oye que golpean a la puerta. 

  33. Había vivido tanto sintiendo que sufría, se había enfrascado en sus libros y conceptos, se había encerrado en sí mismo ocultándose de quien sabe qué o quién... Tanto... que había olvidado a que sabía el amor... y cuando volvió a beber de esa copa, se embriagó nuevamente de placer. 

  34. Cruzó varios gélidos océanos, atravesó múltiples desiertos que semejaban infiernos, recorrió varias ciudades estridentes y caóticas... sólo para llegar hasta él, abrazarlo, besarle y… amarlo apasionadamente. 

  35. Esa noche maravillosa y mágica sintió que escaló hasta la cima del amor. Y esa noche maravillosa y mágica, su espíritu se le escapó del cuerpo con un gemido de placer. 

  36. Hoy fue un día especial y mágico: todos, absolutamente todos, al despertar tenían miel en los labios. Pero sólo se dieron cuenta quienes, al despertarse, se besaron. 

  37. Verdadero creyente: Al anochecer dos desconocidos están en la oscura nave de una iglesia. Con algo de agitación, uno de ellos dijo: -Este lugar es fatídico. ¿Crees en fantasmas? -Yo no -respondió el otro-. ¿Y tú? -Yo sí -dijo el primero, y se esfumo. 

  38. El método deductivo: Al abrir el cómic de “Yo, asesino” notó que el asesino le apuntaba desde la erótica escena dibujada. Lo cerró rápido, antes de que la bala lograra alcanzarle en la frente. Dejó el cómic a su lado, aún humeante. 

  39. Frustración: Siempre quiso ser invisible... y cuando lo logró, nadie se dio cuenta de ello. 

  40. Memoria y olvido: Vive acordándose que tiene que borrar de su memoria el pasado, y no vislumbra el futuro porque le aterra la idea de olvidar las remembranzas que le deja el presente, su espantoso presente que es un archivo de olvidos. 

  41. Un idiota menos: Cuando el erudito señaló las estrellas en el firmamento, el idiota se quedó mirando el dedo del sabio, y entendió que era el índice. 

  42. Mi pez arrepentido: Lloró tanto que terminó convertido en una carpa dorada. Después deploró tanto haber llorado, que lamentó ser pez (Los peces lloran por dolor y por miedo, pero sus lágrimas no valen en las profundidades del océano), y así, de tanto llorar ahora por ser pez, actualmente es el único hombre-carpa que existe. Se cree que jamás podrá ser encontrado para investigar por qué ha llorado tanto. 

  43. El lecho final: Al despertar se encontró rodeado por muchos nativos de rostro impasible que se disponían a sacrificarlo como parte de un ritual, en un altar que le pareció el lecho en el que descansaría, al fin, de sus temores, de su destino, de sí mismo. 

  44. Llegó a la inmortalidad por el camino más corto: se murió antes de tiempo. Aunque sabía que desear la inmortalidad era desear la perpetuación de un gran error. No la deseaba... pero a ella llegó. 

  45. Un 31 de octubre, mientras esperaba su Coca-Cola sentado en Burguer King, dijo: "Rechazo Halloween porque es una tradición americana". Y no sabía que estaba equivocado en su apreciación. 

  46. Halloween a la fuerza: Después de leerlo, sintió como su piel se le ponía de gallina... y como era 31 de octubre, salió a pedir dulces. 

  47. Dulces un 31 de octubre (microcuento trágico): Un niño del futuro, leyendo historia, descubrió la fiesta de Halloween, y se obsesionó con la idea de vivir la experiencia. Como era inteligente inventó la máquina para viajar al pasado. Y cuando llegó un 31 de octubre, imitando a los otros niños que corrían con sus disfraces, empezó a recoger muchos dulces diciendo las palabras mágicas "¡¿Dulce o truco?!" y cómo sus ropas eran futuristas, todos le daban una ración extra porque, según ellos, era el mejor disfrazado. Al terminar, con una bolsa gigante de dulces regresó a su era; pero, cuando se escondió bajo su cama para comerse los dulces sin que sus padres se dieran cuenta, gritó horrorizado al ver que, por el viaje en el tiempo, los dulces se habían vencido y, al abrir el primero, lo único que salió fueron pequeños gusanos blancos disecados y un poco de polvo. 

  48. En un principio, la sala de cine estaba en total oscuridad. La oscuridad era infinita y vacía. Las tinieblas caían sobre la superficie de la pantalla, y el proyector se calentaba lentamente en la cabina. El proyeccionista dice. QUE SE HAGA LA LUZ! ...Y La imagen fue. 

  49. Toda su vida estuvo indeciso, lo que generó situaciones ambiguas o infelices, en las que se vio atrapado. Cansado a causa de tantas vacilaciones, agotado por sus repetidos errores, tomó una decisión: se quitaría la vida. Con paso decidido, sin pensar, por miedo a arrepentirse, fue a la mitad del puente. Subió la barandilla. El viento frío de la noche...las heladas aguas abajo... dudo un momento, pero se recuperó inmediatamente. Y ahora caía en picada a su destino. A mitad de camino cambio por última vez de idea... 

  50. Hoy temprano el sicario y su víctima se encomendaron al mismo santo. Solamente uno fue escuchado. 
  51. Cuando finalmente halle la salida, ya fue demasiado tarde: me había enamorado del laberinto. 

  52. Totalmente deprimido, decidió suicidarse porque creía que no le importaba a nadie; y tenía razón... porque nadie se percató de su desaparición... hasta dos años después cuando, por casualidad, el conserje hallo su esqueleto colgado en el baño de su apartamento. 

  53. Perdido: Dos horas antes salió para no llegar tarde a su definitiva cita de amor, pero por más que espero el SITP que lo conduciría a su destino...este nunca pasó.... Pobre... si hubiera sabido que el SITP correcto tenía que tomarlo al frente, cruzando la avenida... 

  54. Pereza: Y duró varias horas viendo ese aburrido programa, pues el control remoto no estaba cerca de sus manos. 

  55. Vous avez un email: En el instante que soltó el volante y desvió la mirada de la autopista para sacar el celular del bolsillo, ¡TRASH!... .Nunca supo quien le escribía. 

  56. Música: Toda su vida era música. Un día, hastiado de cantar cada faceta de su existencia, decidió callar... pero apenas la música empezó a sonar... él, al negarse a cantar, se causó su propia muerte. 

  57. Era único. Se cansaba de ser tan diferente. Todos los demás tenían sus pares. Pero él no conocía a nadie que se le pareciera... Decidió marcharse.. .Nadie lo echó de menos; es lo que ocurre con los números impares. 

  58. Qué bello es no tener que explicar lo que ocurre, sentarnos a tomar un café y escuchar el silencio. Y qué difícil es lograrlo: llegar a esa total complicidad y a ese  conocimiento tan intenso y profundo en el que las palabras se tornan superfluas. Si alguna vez lo consigues… exprésamelo… En ese momento te miraré  profundamente para contártelo todo. 

  59. Vio que regresaba... corrió hacia él y lo abrazo fuerte, fuertemente, muy fuerte....era una anaconda. 

  60. Al despertar bruscamente, pasada la media noche, tenía el corazón acelerado y una gran sonrisa se reflejaba en su rostro; pero, a mirar al otro lado de la cama y encontrarlo frío y solitario como todas las noches, descubrió que había sido otro sueño y, abrazando su almohada, lloro hasta quedarse profundamente dormido. 

  61. Un minicuento: Y me despedí sabiendo que no quería irme. Y mientras me iba, recordé que llegue sin preverlo ni planearlo. Y ahora ¿cómo te saco de mi mente? 

  62. Le hablaron de un mundo nuevo que semejaba a un paraíso. Era todo tan hermoso que accedió a acompañarlos. Lo acogieron como a un hermano, lo vistieron con un traje elegante y corbata, y le dieron un maletín, similar al de ellos. 

  63. Una fila interminable se forma todos los días para ver, por la mirilla de la vieja puerta, a ese individuo que cuelga solitario en esa sala repleta de taburetes de festivos colores. El artista, haciéndose poeta, coloco un cartel que dice que el Sr. NN, que solo hace unos días dormía bajo el puente, ha sido liberado de su oscura y anodina vida contra su propia y engañosa voluntad. 

  64. Desconcertado, tuve la idea de llevarlo conmigo a todas partes, guardar con disimulo en su interior lo que quisiera y recuperarlo todo a mi regreso. Así lo hice, y al poco tiempo acumulé tanto en mi refugio que casi no podía acceder a todo lo que había en él. 

  65. Se acaricia las seis lunas de su vientre, sin comprender si debe agradecer o maldecir por aquella noche de amor antes del fatal naufragio. 

  66. No sabes cómo el tren se detiene y te deja en el otro andén. Oyes entonces, a lo lejos, nuevas voces, y con ellas aparecen risas y palabras desconocidas. Tu desconcierto se incrementa. 

  67. Al amanecer por fin me dio un beso. No muy bueno para mi gusto, pero al fin y al cabo un beso. Tal vez mañana si mejora, decida soltarle un poco las ataduras. 

  68. Ahora estoy soñando. ¿Con quién sueño? ¿Lo sabes? -Nadie lo sabe. -Sueño contigo, ese libro maravilloso que estoy viendo. Y si dejara de soñar, ¿qué sería de ti, libro maravilloso? -No lo sé. -Desaparecerías. Porque eres una figura de mi sueño. 

  69. Deje atrás todo, y ahora hago fotografías extrañas que vendo a turistas despistados, y aprendo trucos de magia que jamás realizo frente a nadie. Creo tener cosas que contar, reflexiones nunca dichas, nunca escritas, pero nadie quiere oírme, ni a mí me gusta hablar con otros de esas reflexiones. 

  70. Para ser alguien tan egocéntrico, era bastante inteligente y sorprendentemente perspicaz, pero su experiencia era muy limitada... era muy inocente y crédulo pese a todo lo que había vivido y experimentado. Era un niño cuyas circunstancias no habían sido las mejores...pero era él mismo. 

  71. Tenía una alegría y una inocencia inhumanas. Su mirada expresaba misterios insondables. Hablaba pausadamente con voz alta y fina, con esa incorpórea e inquietante voz de niño, casi como la voz y la mirada de un médium poseído. Y yo no podía dejar de mirarlo y escucharlo... Me transportaba a mundos ficticios, me impresionaba con esa combinación de inteligencia y encanto infantil. 

  72. ¿Lo conocía de algo? No estaba seguro. ¿Hacía parte de sus estudiantes? No estaba en la universidad, ¿De las redes sociales? ¿Un amigo virtual? Aparentemente hablar con alguien a quien no se conoce, no tiene nada de particular, pero él me ponía en guardia. De cierta forma me resultaba conocido. Cuando hablaba trasmitía más de lo que decían sus palabras, Como si nos conociéramos de antes, como si me dijera: "Sabes a qué me refiero" o "¿Recuerdas?". Ese era su misterio... y se estaba convirtiendo en el mío. 

  73. En realidad su rechazo estaba fríamente calculado para ocasionar el mayor dolor posible. Lo consideraba un gay odiosamente insistente, muy estúpido para no captar que sus atenciones no tenían eco. Y eso lo llevaba a tener que poner límites a la relación. 

  74. Sintió que estaba envejeciendo sin la experiencia que otorga la vida, como si no hubiera vivido a plenitud, como un trozo de carne que se pudre en la despensa. Y nació en él un odio profundo a todo, que no lo abandonaría hasta pudrirse del todo. 

  75. Ariadna entra sola al laberinto, se abraza al Minotauro... y enseguida ambos pierden el hilo. 

  76. Jugaban a ser grandes: ella planchaba la ropa y él, mientras tanto, hojeaba el periódico. Se sentaron juntos. Luego, él se levantó y fue a planchar la ropa y ella, mientras tanto, hojeaba el periódico.

  77. A Cupido le encanta ver como las parejas que ha unido se aman. Pero también observa las que ya no se aman. Ahora su nueva misión será hacer del amor una feliz e interminable aventura, más allá de la química inicial. 

  78. Él abrió la puerta, al tiempo que surgía su frustración: cerró el puño y lanzó el golpe, así como entendía su condición de hombre caído y engañado. Ella abrió la boca, al igual que había abierto su corazón a aquel hombre, cerró los ojos, así como había cerrado la puerta a la realidad, lanzó un grito, al tiempo que se entregaba a la resignación y al llanto. Él pidió perdón, decía que había comprendido su error. Ella perdonó, si bien pensaba que aunque había esperanza, el error estaba cometido. Él volvió y la asesinó, pero era más difícil matar sus temores. Ella murió y, junto a ella, murió un fragmento de su fe en la humanidad. 

  79. Recibió el año nuevo observando cómo ardía su lista de errores del año que terminaba. Y de pronto, una suave brisa acarició sus cabellos y, al sentir como la brisa se llevaba las cenizas de sus recuerdos, se sintió como nuevo. 

  80. Estaba perdidamente enamorado, y solo se percató de lo tarde que era al descubrir sus múltiples arrugas. 
  81. El viento llevó el beso que lanzó a la mejilla de un nuevo enamorado. 

  82. Estaban juntos contemplando la noche estrellada; cuando notaron que no era una estrella fugaz era demasiado tarde, pues ya habían pedido esos deseos que no se cumplirían. 

  83. Como siempre el caballete esperaba a su pintor. Diariamente veía cómo el sol salía y se ponía, coloreando y oscureciendo su entorno. Ocasionalmente sus sueños coincidían con los del pintor. Y cuando no, los lienzos sufrían pequeños accidentes. Pasó un día, otro y otro… Y en la habitación solo quedaba el aroma del pintor. 

  84. Había una vez un fantasma bastante joven, con apenas 100 años. Vivía en una morada en ruinas. Un día se quedó sin casa y tuvo que empezar a ganarse la vida. Y descubrió entonces que no sabía asustar. 

  85. Había un peluche que soñaba con ser un oso real. Y un oso de verdad que soñaba con ser un peluche. Y ambos tenía sus buenas razones para desear cambiar... porque siempre se sueña con ser diferente. 

  86. Vivió una prueba de amor, pero no la resistió; entonces cortó sus venas y al instante empezó a manar de aquella herida un liquido espeso...no era sangre, era ese veneno que algunos llaman amor. 

  87. Cada día, a la misma hora, el autobús pasaba hacia la frontera. Una mañana no pasó y todos entendieron que la frontera había desaparecido. 

  88. Cuando Adán despertó del largo sueño, descubrió que ya no tenía ninguna costilla. Había nacido la poligamia. 

  89. El hombre primitivo aún estaba sentado en la roca. Mientras tanto el etnólogo que lo observaba ya había publicado el libro sobre por qué los primitivos se sientan sobre las rocas para soñar. 

  90. Cuando me caí de la cama, creí que me moría, pero fue sólo un simple golpe. Ahora descanso en paz. 

  91. Dos miradas que no lograron encontrarse. Un par de labios apasionados que no se rozaron. Unas caricias reprimidas. Una cama donde sobra espacio. Otra noche de lágrimas sin testigos. 





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