martes, 17 de abril de 2018

Algunas cosas que he aprendido…. de tantos con quienes he compartido.



Alguna vez aprendí que somos animales y algo más, y que nuestros dramas suelen tener una de dos causas: desconocer que somos animales o no lograr comprender que somos algo más. ¿Y saben? Ese “algo más” es simplemente que también somos ángeles…. Y eso me lo enseñó un ángel terrenal, que para muchos no tenía nada de ángel….pero que para mí lo fue. 

La vida me ha enseñado que vivir consiste en hacer aquello que elegimos hacer; por eso “Soy el motivo de casi todo lo que me sucede”… Una manera más poética de decir que soy el único responsable de lo que soy, de lo que me ha pasado, de lo que me espera… y lógico, de lo que he ocasionado en los demás.

Compartiendo con uno u otro, con muchos y muchas, he comprendido que no puedo evitar que aparezcan los problemas, pues interactuar lleva implícita la “problematicidad” de la vida; pero nada me obliga a convivir con ellos – con los problemas – para siempre. Otra gran enseñanza de alguien para quien me convertí en un problema.

Los años me han enseñado que no tengo ninguna posibilidad de hacer que el tiempo retroceda; pero muchos de aquellos con quienes he tenido alguna relación me mostraron que tengo todas las posibilidades de aprovecharlo, de vivir el presente…. Obviamente, dejando atrás el pasado – y todas sus secuelas – y no quedándome en soñar con lo que aún no ha llegado.

Otra cosa que he aprendido es que mi corazón es libre; más aún, que está condenado a ser libre.  Pero que hay que tener mucho valor para hacerle caso: esa fue la enseñanza de quien siendo bastante racional, fue siempre – por lo menos conmigo – puro corazón. 

En mis recorridos por tantos ciclos y lugares he conocido muchas personas que, ante un problema, son especialistas en encontrarle una solución; de ellos aprendí que todo puede solucionarse, incluso lo que parece insolucionable. Pero también he conocido muchos que estando ante una solución, le buscan un problema; de ellos, no he querido aprender nada.

Alguien, que siempre me ha parecido que no es de este mundo, me mostró que a muchos nos tiene atrapados alguna “máscara” difícil de quitar… y que eso es lo que nos lleva a buscar ansiosamente quien nos ayude a quitarla…. Pero lo que realmente me enseñó fue que para dejar mi máscara, yo necesitaba silencio, conocimiento, voluntad y osadía. Que sólo podía salir de ella, cuando hubiera entrado en esos “estados”, cuando hubiera aprendido lo que es necesario aprender. Así…. que a tener paciencia.

Y en mi trasegar con tantas personas he comprendido que no hay mucho que una persona pueda hacer por otra, excepto ayudarla a ayudarse a sí misma. ¿No creen que eso ya sea mucho?
Pero el mayor aprendizaje de todos los que he tenido es que todas las personas que conozco son mejores que yo en algo. Y siempre ha sido en ese “algo” donde he aprendido de ellas.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Estrada destacada

Acerca del deseo y la libertad

Hoy prima la concepción teórica -realista y metafísica- adoptada por la metodología científica preponderante sobre el deseo (sobre ...

Estradas populares